domingo, 13 de febrero de 2011

Modelos de gestión de la convivencia

Hemos tratado tres modelos de convivencia: modelo punitivo, modelo relacional y modelo integrado.

En el modelo punitivo se aplica una sanción al mal comportamiento. Esta sanción suele ser un castigo para el que comete la falta, pero está demostrado que esta actuación no resuelve de una forma satisfactoria el conflicto. ¿Por qué?

El modelo punitivo no es capaz de dar una solución definitiva al conflicto puesto que se castiga la falta y el que la comete paga por ello, pero no se interviene para resolverla y no dar pie a que esto vuelva a suceder. Las limitaciones que presenta este modelo son claras: existe una desigualdad entre las partes, ya que el que comete la falta no tiene oportunidad de expresarse y dialogar; la autoridad que se aplica no siempre está bien encaminada porque al no contar con un diálogo entre las partes es muy probable que sucedan injusticias que de esta forma nunca podrán solucionarse; y por último el daño emocional que le supone, tanto a la víctima como al agresor, puesto que este método da lugar en muchas ocasiones a casos de bulling en las escuelas ya que al no intervenir y resolver los conflictos es muy probable que la persona que reciba el castigo busque venganza, y si a esa venganza se la contesta con otro castigo sin intervenir en el caso, entramos en un bucle que acaba por destrozar emocionalmente a los que lo están sufriendo.

Recuerdo que, tanto en la etapa primaria como en la secundaria, siempre hemos sido “educados” a través de este modelo punitivo, y en vista de las reacciones que han tenido los compañeros que me rodeaban estoy segura de que no es el método de actuación adecuado. Entiendo que haya que penalizar a quien comete un error, pero si no se razona con esa persona acerca del por qué de la situación y se le hace ver las consecuencias de sus actos, considero que no está presente en ningún lado la “educación”.

En el video, la última persona que interviene habla de un centro que se entiende cómo la última oportunidad que tienen los niños conflictivos para acudir a un sitio de formación. Es muy probable que la educación en convivencia de esos niños se haya basado en el modelo punitivo, no han aprendido valores sociales y se encuentran en una situación social límite.

En cuanto a los modelos relacional e integrado, creo que la mayor ventaja que aportan es el interés por solucionar el problema de verdad, tratar de llegar a la raíz y buscar un buen desenlace, todo ello con ayuda de un mediador ajeno al conflicto. De esta forma sí que podemos resolver definitivamente el conflicto, ya que ambas partes exponen sus argumentos y es el mediador quien hace una valoración objetiva y les ayuda a reflexionar sobre el incidente para que puedan llegar a solucionarlo de una forma comprensiva.

La experiencia que tengo en las prácticas es muy positiva, en lo que a la resolución de conflictos de convivencia. El profesor me facilitó un cuaderno que poseen para tratar estos tipos de enfrentamientos y contenía estrategias de resolución de conflictos como recurso para los docentes, así como actividades para el aula que es muy bueno aplicarlas como refuerzo en esas situaciones.

Otra anécdota que recuerdo es una pelea entre dos niños de la clase. El profesor me pidió que les acompañara a hablar con la Jefa de Estudios puesto que consideraba que ella sería mejor mediadora. La Jefa de Estudios les dio una hoja a cada uno, que debían rellenar contestando a una serie de preguntas sobre lo ocurrido, donde contaban además cómo se habían sentido en los diferentes momentos del altercado. Sinceramente no creí que fuera una buena solución pero, al acompañar a los dos niños mientras lo realizaban me di cuenta de que estaban reflexionando sobre lo ocurrido y sí estaban siendo sinceros en el escrito. Creo que esta actuación es muy similar al acto del diálogo, pero enfocado desde una perspectiva en la que se iba a evitar la discusión ya que cada uno iba a aportar su parte de la historia sin miedo a lo que el otro le conteste. Además, el hecho de escribir lo ocurrido les ayudó a tranquilizarse y cuando pusieron en común los escritos aprecié cómo ambos estaban más receptivos.

Para finalizar, en relación con el video, no estoy totalmente a favor de la presunción de veracidad que se les otorga a los maestros. Considero que es una acción que puede ayudar en muchos casos en los que realmente los profesores sufren un acoso constante por alumnos y padres y no reciben el apoyo y la ayuda de la comunidad escolar, pero es cierto que si aplicamos esta ley y otorgamos esa autoridad a una de las partes implicadas en el conflicto, se creará una situación de desigualdad social en la que la palabra del maestro, tenga razón o no, siempre estará por encima. Al aplicar esta ley creo que estamos cayendo en el modelo punitivo de resolución de conflictos, en el que se castiga al agresor sin mediar en el conflicto. Es cierto que en estos casos si se escucharía la opinión de ambas partes, pero como la del maestro está por encima siempre pagaría la otra parte, y puede que no siempre se haga justicia ya que pueden aprovecharse de ese poder que se les ha otorgado.

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